Añoranza

inviernoRaulTamaritMPaseoPorElBosqueAcuarela

Tardes de invierno
son fogatas en nieve.
Al recordarte,
el flash de mi memoria
no sabe y me perturba.

Senryu

sol amodorrado

¡Amaneció!

Un sol amodorrado

peina sus nubes.

pedimento

sierraNo me ofreciste el agua de tus ojos,

luna llena,

un latido.

Pedí ser hilandero de silabas.

Revolverme.

atisbar las estrellas;

las alboradas,  sobrevivir  atardeceres;

 jugar con la Osa mayor.

Quería ser poeta

y tus ojos miraron el ave en el desfiladero.

 

SENRYU

pasifae¡Cielo! ¡Aclárate!
¡Deja que el sol la mire
y la desnude!

Senryu 3

 

 

Mi barco viaja

separando las aguas.

Bruma en el puerto.barca.paintings-ships-pirates-battles-sea-wallpaper-507723uerto

Senryu

flor camapan

Azul y blanco,

campanas perfumadas

que el viento mece.

El político

politico

En el corredor de tu casa

tienes flores,

hamacas.

una poltrona que mece tu cuerpo;

una maceta que labraron indios purechas.

Bajo el silencio,

reclinandote en la mecedora

esparces tu maldad.

Llegan

como palomitas avergonzadas

la nausea,

la vergüenza,

lo servil

el cochupo

y la impunidad

Dando traspiés

llega un corazón confuso;

él no escogió

Ni tu alma,

ni tu cuerpo,

ni la avaricia.

 

 

Corazón en trote

A tu espalda sorprendo con una estampida de finas gotas.

Lluvia breve en  tus sábanas agostadas.

Y te preguntarás ¿de dónde vino esto?

 ¿Por qué tengo perlado el sendero de mi brazo?

No hay nada que explique.

El corazón ha corrido toda la tarde visitando tu pensamiento

 y sabes que el agua calma la sed y mi lluvia,  a tu corazón.

 

mujer en alcoba

Haiku

Las petunias

con su color magenta

visten la tarde.

La imagen puede contener: flor, planta, exterior y naturaleza

El gato

 

gato

Por la fría mañana pasan con lentitud viejos años.
La neblina levanta y cubre en espirales el bosque de perones
Una mano niña tirita en la ventana
y por la rendija
descubre que hay motivo para sonreír;
es el gato que intenta atrapar los cabellos de la niebla.

La noche

rayo

En noches de tormenta
las gotas caen insistentes sobre el techo
El ruido monótono golpea las hojas
y ese roer roer
que talla el almidón de la madera
Sobreviene un ruidoso silencio
desgarrador
Claros que tapizan mi ventana.
Y el rayo espada que cae
se oye el estrépito
Un  cuerpo
La rama cargada de mangos
sobre la arcilla
Y los transeúntes del patio
El loro, el perro y las ardillas
enmiedecen.

Tejos en el río

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Solo silencio.

Agua fría de la montaña

Y grandes peñascos

Que esconden pequeños camarones de río.

Bajo el agua los peces se comen

Y en el fondo yacen los tejos

De finitos colores y formas,

Tienen vida como el pez o el camarón,

Tejos de un arroyo

Piedras de otro.

Ruedan más que las ruedas de un viejo molino.

Húmedas, con su corazón de piedra.

Esperan quizá siglos

Para encontrar la que rueda y pulsa como ella.

Y se encuentran en un recodo de la corriente

Se tallan

 Se miman, se regodean

 Se acicalan

Y a las diez de la mañana

Llega un niño   toma una de ellas y la tira viendo como hace giros entre las ondas de agua.

 

Ser lluvia

beso despues de la lluvia de jorge blanco

Siento venir la lluviabeso despues de la lluvia de jorge blanco
La veo en el desierto,

Emplumada 
Late, rompe.
Me siento tejado 
Enmudezco, corre, tintinea. 
Me percute.
Mi espalda florea en diminutos que festejan dando vueltas.
Me siento tallo. Entregado a ella exhalo aroma.
Si me pienso mujer, corro desnudo y percibo el oleaje debajo de mi vientre.
al ser hombre busco el tam tam que hacen los pechos, y al encontrar tu sexo bailo contorsionando mis caderas; 
húmedos de gemidos nos volvemos estrella.

Gea

20170306_161501Es tarde

inminencia nocturna

la bellota del plátano cercana a la tierra

Punta que te harás mata. No tardara la lluvia

y la hoja sera una percusión

tambor que fabrica la nube.

Tambor de mi corazón

Oh Gea cuanto nos amas.

 

 

Soledad y desigualdad

mujeres lavando

El árbol extiende su sombra
es refrescante para las rocas.
¡tanta lejanía!

 Cuando el ave planea en el desfiladero

Se oyen voces que parece vienen de un velorio de hace años,
pero no
son las mujeres que cuchichean
mientras sus manos callosas tallan la ropa en el vientre de las lozas
Cerca de ahí los hombres platican,
mientras la espuma de la cerveza resbala por la boca.

Los niños grandes cuidan a los chicos
y las mujeres parece que rezan.
Pero no, es el río que murmura cuando arrastra las piedras

Los hombres  salen
las mujeres en fila cargan la ropa

El ave se ha ido,
dejando soledad en la boca del desfiladero