Haiku con observaciones de la escuela de haiku de Retama

Hk de Rubén García , observaciones de Gonzalo D. Marquina

El mango —fruta dulce, jugosa, asociada al verano y a la infancia en muchas culturas— funciona aquí como símbolo de plenitud y de madurez natural. El uso de la onomatopeya, detalle aparentemente pequeño, transforma la escena en algo casi mágico. El haiku no nos dice qué produce ese sonido —puede ser el caer de los mangos maduros al agua, o simplemente gotas, peces, hojas— pero el efecto es el mismo: una banda sonora sutil, rítmica, que acompaña al caminante. Hay una sensación de infancia, de lentitud, de tardes largas donde el tiempo no apremia y los detalles se vuelven milagros.

Poesía Japonesa or Rubén García García

Sendero

Paraguas al viento por Rubén García García

Sendeero

hayku por Rubén García García

Sendero

Flores sobre la nieve.

Un niño cuida

a la abuela dormida.

Haiku moderno

Sendero

Primavera en el río.

La garza blanca

regresa al nido

en la tarde oscura.

Haiku por Rubén García García

Iluvias de Verano.

El agua cae, cae…

de escalón en escalón.

Haiku por Rubén García García

Sendero

Es otoño…

las zapatillas

pisotean las violetas en la acera.

«Brevilla» y la minificción actual

Revista especializada en minificción me da un lugar en sus páginas

https://revistabrevilla.blogspot.com/2025/03/ruben-garcia-g-las-razones-de-pasifae.html

COMENTARIO DESTACADO

Karla I. Herrera

Leídos y gozados. Unos cortísimos y otros de mediana extensión. Todos pulidos, zurcidos con delicadeza y precisión. Algunos sorpresivos y tiernos, lapidarios en su totalidad, sugerentes y connotativos en su máxima expresión. Evocamos al niño de la plaza vacía mendigando un abrazo en vez de una dádiva, al perezoso que desperdicia su tiempo y aniquila las potencialidades de ese esparcimiento. Nos deja perplejos el gen malévolo del gemelo “cainesco” e inclusive del cirujano y obstetra, de uno de los dos o de ambos personajes. Así como el delirio revelador del paciente en plena cirugía, quien aparenta trasladarse hacia el más allá, a los intersticios de su cavidad mental, mientras oscila en su tambaleante y cruda realidad. Resuena, luego de la asimilación lectora, el dilema de la jovencita que no sabe si callar o delatar al padre infiel, si aprovechar la coyuntura para chantajear al falaz progenitor o para mostrarse solidaria con la “madre cornuda”. Retumba en ciernes y a posteriori el castigo de Poseidón y la susodicha zoofilia de Parsífae, los caprichos de los dioses del Olimpo frente a las debilidades humanas. De cierto, cada uno de los secretos y peligros habidos en los cruces geométricos del Laberinto de Creta, de la mitología grecolatina y de la vida misma.

Por esto y mucho más, este muestrario honra a la revista digital <<Brevilla>> y constituye una prueba suculenta de la microficción latinoamericana y, mexicana, en particular.

Haiku de Rubén García García

Sendero

la nieve
dobla las ramas.
Piar de polluelos.