El pirul de Rubén García García

Sendero

En el camino hacia Tlen, a un lado de la nopalera y de las piedras encimadas me erijo. Por este lugar, la banda de los Ali, tuvo su guarida hace mucho tiempo. Los ciclos y los vientos me nutren. Por estas fechas me adorno con frutos rojos que son el deleite de los pájaros viajeros. Llegó un caminante, se sentó bajo mi sombra; lo veía dormitar. Primero uno, después otro, luego llegaron las cotorras y después de comer de mis cerezas brincaron de rama en rama. Las cotorras silbaron una marcha militar, los pájaros nómadas cantaron sus aventuras y el que dormitaba, cautivado por tanta locura, también se puso a chiflar.

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