Sendero
Debo a la mujer mi nacimiento. y de mi esposa los cuatro hijos. Las mujeres me enseñaron a leer y escribir. Lo mucho o poco que sé de narrativa también se lo debo a ellas ¿Cómo no amarlas? Felicidades a las que han dado vida, poniendo en riesgo la suya. Las que día a día se la parten. Las que hacen milagros para sobrevivir y que apartan algo de algo para un sobresalto. Las que muy cansadas llegan del trabajo y continúan con él para que la casa no se caiga. Aquellas que en la madrugada se levantan para confirmar que sus hijos duermen tranquilos. Mucho les debemos.
Hace un año aún pude abrazarla y cuando decidió irse la tuve a mi lado.
