Añoranza de Rubén García García

Sendero

Camino. La tarde gris. Llueve y ya algunos hilos de agua corren por la mejilla. Recuerdo tu cabello abundante, suelto, que se movía al vaivén del viento, despidiendo olores de manzanilla. Ese día te pediría que fueses mi novia, no llegaste, de hecho, nunca llegaste. Han pasado muchos años y cuando la tarde se hace gris, lluviosa. No puedo reprimir una exhalación y preguntarme: ¿Cómo estarás?

Anuncio publicitario

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s