Tomado del Fb
Leamos estos haikus:
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ほととぎす声や横たふ水の上
hototogisu koe yokotau ya mizu no ue
Cantaba el cuclillo;
su voz aun recostándose
a ras del agua.
Matsuo Bashō (松尾芭蕉)
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夕時雨蟇ひそみ音に愁ふ哉
yū-shigure kama hisomi-oto ni ureu kana
Llueve en tarde invernal.
Los susurros de un sapo
son de honda pena.
Yosa Buson (与謝蕪村)
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静もれる森の中をののける此の一葉
shizumoreru mori no naka wo no nokeru kono ichiyō
La profundidad de un bosque
que se calma… la dejo de lado…
esta única hoja…
Ozaki Hōsai (尾崎放哉)
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En cada uno de estos haikus se perciben dos «polos de tensión», los cuales han sido estirados por cada poeta a su manera (¡he ahí el estilo!). Entonces, hay contrapeso: en el primero existe un «juego de posiciones» (el cuclillo en lo alto y el agua sobre la superficie); en el segundo, un juego sonoro (el fino tintineo de la lluvia y el ronco croar de uno o más sapos); y, finalmente, en el tercero tenemos un juego de texturas o dimensiones (la inmensidad del bosque y la pequeñez de una hoja). Todos son contrastes y el haiku está en «lo que no se dice», es decir, en todo eso que los «polos» sugieren. Bueno pues, creo que tu composición necesita justamente eso: una imagen que ayude a la «tensión» como si el poema fuera la cuerda de un instrumento musical. Pienso: ya tienes una parte amarrada al clavijero, ahora falta la parte amarrada al hueso cerca a la boquilla para generar el sonido que buscas (puede ser grave, medio, agudo… eso ya queda a criterio tuyo).
