
Según Verito, el mejor cunnilinguis lo dan los tapires. Empezó como un juego inocente entre colegialas borrachas que se dejaban lamer sus partes pudendas por el rottweiler de la casa. Pero Verito sintió más satisfacción de la que imaginaba con la lengua del perro, y pese a la sensación de babas y suciedad que ni diez duchas vaginales pudieron […]
«El mejor cunninlinguis», por EFRA PÁEZ — El hombre aproximativo