Sendero
Gracias por amamantarnos. Por darnos la caricia, el canto de tu nana, el cuento antes de dormir; por levantarse a deshoras y asegurarse que la noche transcurre con bondad. Por cultivar la fantasía y preocuparte en los días de fiebre y tos.
Gracias por los hijos y enseñarles la majestuosidad de la luna y las estrellas. Gracias porque aun siendo hombres los sigues amando como niños.
Gracias por apretar mi mano, por estar a mi lado en mis horas grises. Sin tu quehacer mi mundo sería opaco.
Intento la empatía con mis amigas de las que aprendo de su amistad y de su conocimiento. Adelante a perseverar en su lucha y desterrar la violencia machista.
Muchos abrazos y un enorme ramo de rosas.

