Sendero
La mano era fría, y se sentía pesada sobre su cadera. No era una mano humana, seguro que no. Era una pesadilla, eso era todo. Pero la mano seguía allí y ella no podía despertar. Intentó gritar, pero estaba bloqueada, atrapada en su sueño. La mano subió hasta llegar a su pecho, se cerró sobre su cuello, y empezó a apretar. El mundo se fue oscureciendo a medida que la mano la violentaba… intentó salirse de la pesadilla y lo logró: recordó en una brevedad su vida y como si subiera escalones llegó a la cima. Los aplausos de la sociedad, los abrazos de la familia y luego el disparo certero y fatal en su dormitorio; Así volvía a la paz de su muerte.
