Sendero
El olvido de su ama de recortar su plumaje y cerrar su jaula permitió que el cotorro de cabeza azul escapara hacia la copa del cielo. Se llenó de viento y voló hasta el bosque. Cuando iba hacía la montaña, sintió una mezcla de coraje e inquietud. Regresó como saeta a su casa. No podía aceptar que otro perico, le diese de besos a su ama y que ella rascara otra cabeza que no fuese la suya.
