Un servicio esmerado debe de ser bien retribuido de Rubén García García

Sendero

Mañana vendrá el niñato de piel delicada, es insoportable, pero a cambio me deja el doble de lo que hoy gasté. A mí me gustan las manos ásperas, callosas por el golpe diario del quehacer. Ese contraste que percibo entre la rugosidad de la palma y la tersura de mis caderas. Estoy exhausta, y satisfecha de intimar varias veces con un hombre recio, viril, al que le dejé una porción generosa de dinero.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s