sendero
¡Fueron días de esplendor! El sótano de la escuela era el refugio donde tus manos me tomaban del cuello y tus piernas se anudaban a mi cintura. Hoy nos encontramos en el cinema, tú fingiendo una plática con tu pareja, yo, simulando no verte. Al cruzarnos solo los aromas se mezclaron, viejos conocidos…
