Definitivamente, si en Iberoamérica existiera una pedagogía del haiku, el primer autor que deberíamos de leer sería Kobayashi Issa 😊🌸 Su ternura, su implicación vital y compadecimiento por los seres más diminutos e indefensos (insectos, pajaritos, plantas, niños, niñas…), su visión horizontal del mundo como una «gran familia», su condición de humano que vive y sufre intensamente, su pobreza material, su «eco-poética», sus palabras sencillas, todo nos lleva a empatizar con él 🎎 Issa es el autor por medio del cual podemos enamorarnos del haiku, pues habla de corazón a corazón. Por eso, resuena tanto en diversas sensibilidades más allá del público japonés ⛩️🌍
Increíblemente, existen autores que señalan a Issa como «el menos japonés de los poetas japoneses» porque consideran su estilo muy «sentimental». Personalmente, discrepo con ellos. Es injusto decir que Issa no es recomendable para el haiku en español por ser un fabulista que se limitó a entablar diálogos emotivos con los animales o que su calidad literaria es «menor» a la de otros haijin más «espirituales» como Matsuo Bashō 🙄 Pienso que afirmar esto no solo es sinónimo de infamamia, sino una muestra clara de cuánto nos falta investigar y comprender la verdadera tradición del haiku japonés (plural, diversa y dinámica) para la construcción de un verdadero haiku en español 📚🍂🍃
Conocer a Issa nos permite conocer la humanidad del haiku y ese, definitivamente, es el primer paso para cualquiera que busque iniciarse en este género tan maravilloso 🥰
Kobayashi Issa (1763 – 1828) es, tal vez, el autor más querido dentro y fuera de Japón, así como el tercer “gran maestro del haiku” 🎎🌸 Su nombre, Issa (一茶), significa “una taza de té”, y da cuenta de la simplicidad y poca pretenciosidad con la que vivió 🍵⛩🍂
Su poesía legitimó el carácter popular del haiku postulando una nueva estética basada en el uso de expresiones coloquiales, ritmos “no-canónicos”, temas menospreciados (como el amor y el humor), la exaltación de la vida y costumbres rurales, etc. 🏮🗾 Sobre esto, Juan Manuel Cuartas Restrepo señala: “…en Issa no hay un asomarse a lo popular desde lo culto, sino un puro expresarse desde lo popular mismo, como si el referente académico estuviera completamente ausente de su escritura y la disposición de sus haikús no contara más que con su propia palabra de hombre humilde, sin el ejercicio académico que pudieron tener otros poetas del haiku como Bashô y su discípulo Kikaku (de formación samurái), Onitsura (quien elevó a escuela su propia concepción del haiku), o Buson (quien de manera sofisticada consiguió integrar caligrafía, pintura y poesía)” ☄️🍁
El elemento más influyente en la obra de Issa fue su propia existencia, su corazón 💓 Issa fue huérfano a temprana edad y víctima de violencia; presenció la enfermedad y muerte de su esposa e hijos; y, finalmente, perdió todas sus posesiones durante un gran incendio que lo dejó en la ruina 😔 Por eso, su estilo -tan sencillo, conmovedor y lírico- nos muestra a un poeta que vivió y sufrió intensamente, y que buscó en la naturaleza el consuelo a su melancolía 🍃🍂
A diferencia de otros autores, Issa no tuvo maestros ni discípulos, y pasó gran parte de su vida apartado de los círculos de creación poética de su tiempo 🎎🀄 Se volvió un monje budista de la secta “Tierra Pura” (jōdo-shin-shū – 浄土真宗) y viajó por todo Japón en condiciones precarias. Escribió alrededor de 20 000 haikus y obras en prosa como el diario “Primavera mía” (ora ga haru – おらが春) ✍🏻📚
Issa es el poeta de la compasión universal y la ternura 🥰 En muchos de sus haikus -se estima que unos mil- se distingue un diálogo casi “franciscano” con los seres más diminutos e indefensos del mundo: mosquitos, libélulas, caracoles, sapos, moscas, cigarras, entre otros. Esta cercanía y horizontalidad con la naturaleza ha llevado a que, en la actualidad, muchos estudiosos consideren su obra como una muestra maravillosa de “eco-poética” 💮🌱🌸❄️