sendero
El fino sentido de la mujer otea y a gritos llama a los chamacos. Díganle al “inútil” que venga. El agua no tarda, terminando de hablar, caen gotas gordas, pesadas. Entre todos descuelgan la ropa del tendedero, pero el cielo como olla quebrada deja escapar cubetadas de agua. El “inútil” dice: «deja que se moje, que ya se secará» La mujer que se fregó desde la mañana sacando agua del pozo y lavando a mano se le traban las mandíbulas de coraje e importancia. Era ropa ajena y de la casa. El marido tiene ocho días que no lo llama el patrón. Fue media hora de agua y habrá que pedir fiado el jabón.
