Sendero
Acostado bajo el zapote siento el viento fresco de la montaña que me roza. Desde este lugar se divisa el camino. Allá van los arrieros con las mulas cargadas de cerezas que llevan al beneficio. El flaco con camisa de cuadros es Ovidio. Mi vecino que desde el alba me despertó. Desde aquí se mira la poza, que es el lugar donde las señoras lavan la ropa de los ricos. Hace tres días llovió y la chamacada se internó en el monte para buscar los hongos que nacen con la humedad. Los cortan y venden en el mercado del pueblo. El trabajo está en cualquier lugar que ponga mis ojos. Yo lo veo desde esta loma y nunca me canso de mirarlo.
