Sendero
Nepomuceno daba por terminada la discusión con su sentencia favorita » a mí nadie me va a convencer y la calaca me pela los dientes»
Cliente consuetudinario del bar, me extrañó no verlo en dos días y fui a su casa donde vivía solo. Lucía un color céreo con las uñas azules. Sobre la mesita de noche, un vaso con agua y, dentro su dentadura postiza que sarcástica le sonreía…
