Los mafiosos también lloran de Rubén García García

Sendero


Aún no me repongo de haberte perdido. ¡Cómo olvidarte! Tu cabello tus saltos armónicos de felina al viento te hacía verte sensual. Te sorprendí cuando regresabas del colegio y te llevé a mi refugio donde te traté como a una reina. Por el lado oscuro de la red, recibí contestación a la oferta: me daban diez mil dolares por tu virginidad. Me esperé a que mejoraran la apuesta. Ese fue mi error. Tus ojos de gata visualizaron una salida y escapaste. Aún no me repongo, y ya mi retrato lo encuentro hasta en la sopa. Quién me iba a decir que la niña tiene una memoria fotográfica.

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s