Sendero
La carretera es una serpiente que corre. Escucho detrás el motor de una “Honda” que pasa veloz a mi lado. Es una motocicleta que se vuelve diminuta a medida que se aleja. Corro. El sol cae sobre mi espalda y sobre el asfalto goteo el asma y regatos de sudor. Al llegar a la loma se mira el río. ¡Qué ganas de meter la cabeza y limpiarme el cansancio en los meandros donde la corriente se estanca!
La “Honda” viene de regreso, tan veloz que se pierde en las curvas y reaparece montada en las tiras del cielo.
