Sendero
Brinca sobre los juncos y trepa al macizo. Canta toda la noche. Algunas veces cambia el tono porque la víbora se ha comido a sus amigas. Solo queda ella y canta doliente. Cuando en el cielo se enciende una perla, su canto se hace íntimo.
La dilatada oscuridad la deprime y se queda el pantano en silencio.
