Sendero
Pasan haciendo alharaca una docena de hombres. van rumbo al río Tlen, a sentir la corriente fría de la montaña. Se acomodan fetalmente, así el agua masajea y relaja. Hay en la vera del río donde me acuesto en una gran laja a ver el tablero del cielo: torres caballos, alfiles y peones.
Los hombres descamisados, pisan viejas pisadas. platican de mujeres y algunos se embroman tocándose las nalgas. A la vera del camino, se oye, lejana la risa cascada de los abuelos. Por un momento dejan la charla y beben dejando en el viento el dulce sabor de la caña. Mañana, el sol escarbará, una vez más, en su espalda.
En la iglesia su patrón, cena con el prior y degustan un tequila, especial para limpiar pecados.
Mis ojos juegan ajedrez en la inmensa copa del cielo. Tengo caballos, alfiles y una dama que al bailar tira sus velos.
