Sendero
Mi primer beso de Rubén García García
Ella tenía veinte años y yo era un chamaco. Su pelo danzaba cuando subía por los escalones y bajo la rodilla tenía un lunar en forma de ala.
Un día le pedí un beso, ella movió la cabeza y me dio la espalda. aunque logré mirar una mueca que me pareció una sonrisa. La miraba en silencio todos los días. Una tarde me llamó a su oficina.
«Te voy a dar el beso, no soporto tu mirada pedinche». La veía hacia arriba, había almendra en sus ojos y una corona de oro en su diente medió. Cerré mis ojos, sus labios sobre mi frente, por un momento sentí la decepción, y un poco antes de abrir mis ojos, sus labios encontraron los míos. Soy un viejo, pero si me toco el centro de mi boca vuelvo a sentir sus labios y mi juventud aparece.
