Sendero
Era un reprobador de matemáticas empedernido. Tenía un tio abuelo, que mi padre lo acogió en su negocio. Empezó a darme clases y los problemas que me presentaba se los respondía con acierto. «Sí sabes, eres listo. Con seguridad tus maestros no han reparado, o quizá sean impacientes. Sí sabes me repitió» En el examen de última oportunidad logré una calificación aprobatoria y seguí mis estudios de preparatoria.
El buen maestro prende los interruptores de luz que tiene el alumno y después él será capaz de aluzar su camino.
Mi Tio-abuelo Félix me dio lo que me faltaba: que alguien creyera en mí.
Felicidades Félix Austria donde quiera que te encuentres.
