Sendero
La mañana es húmeda y fría. Hace noches que la lluvia se escurre ahogando los campos sembrados de papa. Los viejos soplan sus manos para entibiar los dedos. La curva es gris, presagia que el mal tiempo seguirá.
El pueblo de San Filemón ora, y el rezo busca algo en el cielo dónde asirse, solo los alfileres de agua que caen.
Cuatro espectros montados bajan de la serranía y las madres, desesperadas, abrazan el cuerpo de los niños. ¡Lloran, lloran mucho; sin lágrimas para no mojar más la tierra!
