sendero
Qué silencio!
Este crepúsculo invade las piezas de mi pensamiento
Afuera
la lluvia menuda y fría que humedece el jardín
destellos que perturban
espacios sombríos de oscuridad
Escucho
la caída de mis palabras mudas
el reptar de un suspiro
Siento
la insoportable sombra de tus pasos
Tu silencio de mar inerte
Nunca
imaginé la intemperie sin ti
y con el peso de tu adiós.

Me gusta mucho el poema, Rubén.
¡Buen día!
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Gracias amiga, lo celebro, siempre contento por tu comentario. Abrazo grande y rosas.
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