La propuesta abortada de Rubén García García

sendero

Sentados en el café te propuse matrimonio en el preciso momento que una amiga tuya te nombró.

—¿Qué me dijiste?

—¿No escuchaste?

— No, mi amiga me distrajo. Por supuesto que sí había escuchado; tiene un oído agudo, lo he comprobado. Sólo te dije que la noche te hace ver más hermosa. Vi en su cara una sonrisa forzada y el beso que me dio en la mejilla apenas si rozo mi piel. No puedo evitarlo. Si alguien o algo me interrumpe en un momento vital, la percibo como una advertencia que me hace la vida.

Van Gogh, el pintor incomprendido

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s