La señora de la limpieza de Rubén García García

Sendero

Un mes trabajando el cuento, a media res había sido la mejor manera de presentarlo. A las tres de la madrugada resolví acostarme. Por la mañana, fui a la oficina, la señora de la limpieza me dejó el cuarto impecable. Encontré una sola hoja, una frase: «aprovechen el viento, nos despoja del sopor, oxigenamos con aires de montaña el espíritu y una segunda ráfaga, que tal vez nunca llegue.

Era el tiempo de la “Olivetti” y la campana del camión de la basura se oía lejos de mi calle.

Camiones de limpieza no paran todo el día | Periodico Noreste

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