El hay ku

Sendero

a
ModeradorExperto del grupo  · 4f3u54iftSpo26n9us83 ahg  · 




«Puede ser relativaente fácil tomar unas lecciones de arreglo de flores, de ceremonia del té o de pintura a la aguada. Más difícil es dominar estas mismas artes con el espíritu que debe animarlas. Pero lo que es indiscutiblemente difícil es adentrarse en el dominio de la creación literaria japonesa porque su material constitutivo -la lengua japonesa- es un arte en sí mismo que exige largos años de estudio (…) Los finos matices de la sensibilidad japonesa están íntimamente implicados en los ideogramas que los expresan en el texto original, en los neologismos formados por la combinación de ideogramas, en las fórmulas de tratamiento en la diversidad de registros situacionales ante el diálogo, en los juegos de palabras, onomatopeyas, etc.
El lenguaje poético no es lo mismo que el conversacional o el novelístico; presenta más concisión, más densidad de significado, más arcaísmos. En el caso concreto del haiku, por la brevedad que impone su forma, el poeta se ve obligado a una agudeza y expresividad especialísimas, y ha de apurar hasta el máximo las posibilidades de contracción y evocación que el lenguaje le ofrece.
Es curioso constatar el hecho de que el haiku, tal vez por su brevedad formal, ha incitado el interés creativo de algunos de nuestros escritores, que han llegado a producir haiku con mayor o menor fortuna (…) En el mundo occidental no es registrable un interés paralelo en otras formas de literatura específicamente japonesas. No hay un teatro Noh adaptado al estilo occidental, ni un Jooruri (teatro de marionetas con prestigio literario), ni otros metros de la poética japonesa calcado en lenguas occidentales.»
—Fragmento de la introducción de «El haiku japonés. Historia y traducción» de Fernando Rodríguez-zquierdo y Gavala (1972).





Gonzalo Marquina
ModeradorExperto del grupo  · 4f3u54iftSpo26n9us83 ahg  · 




«Puede ser relativamente fácil tomar unas lecciones de arreglo de flores, de ceremonia del té o de pintura a la aguada. Más difícil es dominar estas mismas artes con el espíritu que debe animarlas. Pero lo que es indiscutiblemente difícil es adentrarse en el dominio de la creación literaria japonesa porque su material constitutivo -la lengua japonesa- es un arte en sí mismo que exige largos años de estudio (…) Los finos matices de la sensibilidad japonesa están íntimamente implicados en los ideogramas que los expresan en el texto original, en los neologismos formados por la combinación de ideogramas, en las fórmulas de tratamiento en la diversidad de registros situacionales ante el diálogo, en los juegos de palabras, onomatopeyas, etc.
El lenguaje poético no es lo mismo que el conversacional o el novelístico; presenta más concisión, más densidad de significado, más arcaísmos. En el caso concreto del haiku, por la brevedad que impone su forma, el poeta se ve obligado a una agudeza y expresividad especialísimas, y ha de apurar hasta el máximo las posibilidades de contracción y evocación que el lenguaje le ofrece.
Es curioso constatar el hecho de que el haiku, tal vez por su brevedad formal, ha incitado el interés creativo de algunos de nuestros escritores, que han llegado a producir haiku con mayor o menor fortuna (…) En el mundo occidental no es registrable un interés paralelo en otras formas de literatura específicamente japonesas. No hay un teatro Noh adaptado al estilo occidental, ni un Jooruri (teatro de marionetas con prestigio literario), ni otros metros de la poética japonesa calcado en lenguas occidentales.»
—Fragmento de la introducción de «El haiku japonés. Historia y traducción» de Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala (1972).

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s