Sendero
Redondo, profundo. Tantas veces que recosté mis labios, mi lengua ávida de tu centro. Tu ombligo era lo más hermoso de ti, y es por eso que lo conservo en metacrilato. Con mi cara triste voy a los colmados y cuando los conocidos me preguntan por ti. no puedo evitar llorar y decir: “ él se fue de viaje de negocios y ya no regresó” Su abrazo de consuelo de mis amigas me hace sentimental y gimo. Saben lo difícil que es para una mujer llevar la vida en soledad.
