sendero
El fotógrafo tomaba impresiones del cadáver que yacía bajo los escombros de la barda. El periodista comentó con un vecino, —mala suerte que por el temblor le haya caído esta cerca de cantera.
—La muerte de él, independientemente de las piedras, fue culpa del “Pifas, que es un perro bravo. El difunto al pasar por la acera de enfrente, lo pico con una varilla en las costillas, nada más para fastidiarlo. El perro saltó la tapia y fue tras él. Coincidió con el sismo y miré las consecuencias.
—¿y el “Pifas”?
—regresó a su casa a seguir royendo su hueso.
