Sendero
Por la mañana, si mamá hablaba sola; había que levantarse. Dormíamos en catres de yute y los gallos solo eran callados por el estruendo de los cotorros. <<yo estaba en ese sopor del sueño que vuelas en un pozo a media luz y que regresas en un abrir de párpados al oir de nuevo la voz de mi madre>> ¡Qué cosas! de niña odiaba el alboroto de los pericos, y hoy que no los veo, ni los escucho, los extraño. Como extraño la voz de mi madre hablando de la huevonería de los gallos. Tiempos idos hijo. Ahora percibo el canto del gallo cuando me llega un mensaje de tu hermana, que me hace saber que está bien.
