´Sendero
Ayer con reproche me dijiste que me había apropiado de la frazada. En finales del otoño, los fríos de la montaña se cuelan. Los dos nos hacíamos una sola bolita y tus pies fríos se calentaban entre mis piernas. Esta mañana vi en tus ojos un reclamo amargo. Dejamos de abrazarnos, cada uno comenzó a abrigarse con su cobija de lana. Se que no puedes conciliar el sueño, no encuentras el acomodo a canela. Yo me cubro de pies a cabeza; hay una oscuridad de menta. Afuera los pinos se golpean y el búho repite la monotonía de su canto.