Sendero
Ella es la gata, la que solo entendía por gata. La que reconocía el ronroneo del carro y me esperaba son sus maullidos reclamándome el porqué llegaba tan tarde. La que se permitía dormir en mi sillón sabiendo que al llegar le haría piojito en su cabeza. Vivimos muchas aventuras, la tuve que matar con ayuda, con dolor, era imposible reducir el tumor que le salió en su columna. Descansa en paz Gata.
