Sendero
Si Romualdo Jodínez se hubiese levantado de su tumba, él mismo volvería a la cueva, pero con seguridad iría hasta su domicilio para reclamarle con patadas a la desconsiderada de su esposa que tuvo la osadía de poner justo año de su muerte la siguiente inscripción: «A mi marido, al año de su muerte. De su esposa, con profundo agradecimiento»