Sendero
La araña capaz de matar con su veneno a un dinosaurio, fue victima de una avispa que la tomó desprevenida inoculándole su semen. Habrá, semanas después, una noche glamorosa donde cientos de avispas saldrán luciendo en el vuelo una estola de seda.

¡Qué miedo! les tengo pánico a las arañas, y peor aún a las tarántulas, Rubén…Muy original tu breve prosa. Te invito a leer mi reciente poema PALABRA EXTRAÑA…Ojalá sea de tu agrado. Un abrazo.
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