sendero
Mayo se disfrazó de invierno: gotas afiladas, caen sobre un naranjo que no sabe dónde guardó la gabardina, pues él esperaba un chubasco que lo lavara del polvo cotidiano de los días y no la insolencia de una aguja fría que lo estremece.
Un mayo helado
sorprendió al naranjo:
Flor a flor tiembla

Muy bonito este breve poema japonés, amigo. Un saludo desde Lima Perú.
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