Española
Arquitectos*
NO HA SIDO difícil aprender vuestro idioma. Conocemos las
imágenes de vuestros sueños, todas las formas de nombrarlas.
Somos los arquitectos: sumamos las piezas con las que cada noche
construís sin saberlo vuestra eternidad individual. Desde hace
milenios seleccionamos vuestros anhelos y diseñamos una imagen
única, hermosísima, uniéndolos. Pero ya no caben más. Tenemos
que advertiros: ya no hay espacio. Podéis dejar de soñar. Nosotros
suponemos pues nuestra extinción y nos despedimos. Fin del
mensaje.
TRAS LA ESTACIÓN de trenes hay un verdadero cementerio de
bicicletas. Somos muy listos y lo hacemos muy rápido. En cada
fila caben exactamente cincuenta y dos bicis, y cada sábado
temprano se completan las primeras filas. Entonces actuamos
nosotros, muy deprisa. Abrimos los candados de las bicicletas de
la primera fila y las movemos a la última. Después permutamos
todos los candados. Tenemos que darnos prisa, tardamos casi
toda la mañana en realizar esta operación. Pero somos muy listos,
y cuando los dueños regresan, ninguno es capaz de llevarse su
bici: o no la encuentran o su llave no sirve. Así se van olvidando,
abandonando, perecen cada sábado cincuenta y dos bicicletas
más, crece el cementerio. Nos divertimos mucho y somos muy
listos, aunque en realidad no sabemos qué sucede con las que
dejamos en la última fila. Van desapareciendo cada semana, se las
comen los gusanos.
