Argentino
Un selenita se siente dueño del cielo. Pasó la vida escrutándolo y afirma que sus lentes lo penetraron hasta el último confín. Le han explicado que no es así, que él nunca salió del lado oculto y que, muy cerca, hay un gran planeta que él no conoce porque sólo puede verse desde el otro lado. Pero se niega a escuchar y, cuando le insisten, hunde su atención en el anteojo y se obstina en los cuerpos más pálidos y lejanos.