Acostado en el chinchorro, miro el mar y me agito cuando transitan los barcos. No puedo evitar que mis raíces se desordenen. ¿Tendré la fuga del nómada? ¿La prisa del viento? En tus ojos admiro los girasoles que revientan en mis sueños, y al acariciarlos, me da por besar tus pezones. Es la ola mil, los barcos se fueron y no tardas en pasar.

Magníficas imágenes y bellos versos, crudos y emocionantes, enhorabuena Rubén ¡¡
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Gracias Mik por tu comentario, muy estimulante. muy amable por haber llegado. Abrazo grande.
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Bellos versos, tus letras están impecables y soñadoras. Abrazo.
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Gracia por dejarme tu comentario, siempre agradecido. Abrazo grande.
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