Del libro pequeficciones. Antología de Ortiz Soto José Manuel y Cris Morales
Asciende el hombre por la ladera de la montaña. Allá arriba el cielo, oscuro, denso. Pegada a la oscuridad, está la luna y millones de estrellas que guían su camino. El hombre lleva un puñado de globos de colores atados entre sí y sujetos a su cinturón. Globos verdes, rojos, amarillos y azules que mueve el viento y arrastra risas por toda la montaña. El hombre asciende ligero, sonriendo, silbando. Hace coro a las risas que escucha. Las estrellas titilan al compás, como si esperasen la visita. Al llegar a la cumbre desata los globos del cinturón que se escapan livianos hacia la luna. Las risas parecen ensancharse en la noche, libres y felices por fin.
—Abuelo, eso no puede ser cierto. Los niños tristes no viajan a las estrellas en globos de colores.
—¿Estás segura, hija?
—Nunca he escuchado ninguna risa por las noches.
—Hay que prestar atención, observar las estrellas y la cara de la luna.
—Tú sabes que eso es una leyenda, abuelo.
El viejo sonríe, acaricia la cabeza de su nieta y recoge unos hilos escapados de su cinturón.
Elena Casero (España). Técnico de Empresas Turísticas. Jubilada.
Ha publicado cinco novelas: Tango sin memoria, Demasiado Tarde,
Tribulaciones de un sicario, Donde nunca pasa nada y Las óperas
perdidas de Francesca Scotto. Un libro de relatos: Discordancias. Y
uno de microrrelatos: Luna de perigeo. Ha colaborado en distintos
libros de microrrelatos. Y es músico por afición. Toca el oboe y estudia
piano.
