El huésped de Patricia Nasselo
—Un p-r-í-n-ci-pe-sa-po —deletrea Angelita. Encantada con el simpático personaje verde, la pequeña lo recorta con su tijera para papel y lo pega en otra lámina, ésa de los tres chanchos que también le gustan. Es de lamentar que, en esta segunda lámina, además haya un lobo, un energúmeno que sopla con la fuerza de mil demonios.
Expulsado por aquel huracán, cargando golpes y espantos diversos, el sapo llega al bosque. Allí se encuentra con el Hada Madrina quien se apiada de él y le devuelve su forma de príncipe. Durante meses, que se hacen años, el príncipe caza para subsistir, hasta que un día, deseoso de encarar una hazaña que esté a la altura del vigor que ganó con tanta vida salvaje, se dirige a la ciudad y busca una casa.
Llama a mi puerta.
—Hola, Ángela —saluda con una voz que sonríe con aspereza. Sé que lo conozco aunque no recuerdo de dónde, siento que me sonrojo. —Ando sobrado de sangre real, me agradaría convidarte —agrega con esa voz que me cautiva.
