Rubén García García
Makiu implora que aparezca su Hada. Está sentada en la cama y no puede dormir. Llega y acariciando su cabeza le pregunta:
—¿Qué te sucede?
—Cuando cierro los ojos, sale un león.
El Hada sonríe.
—Acuéstate y duerme. Yo haré lo mismo.
La niña se relaja y cuando ya abría la puerta del sueño, le pregunta el hada.
—¿El león es de melena negra?
—Si. -Dice la niña—a quién se le cierran los ojos.
La madrina se retira, sonríe cuando la mira dormir. Llega a su retiro, pone la varita en el estuche, se tiende sobre la sábana, cierra los ojos, divisa la floración de las azaleas y entre los tallos se asoma una melena de color negro…

No lo sientes incompleto?
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