Por Dina Grijalva
Tomado del Microdecamerón, compilación de Paola Tena
Son seres asombrosos y sensuales y propiciadores de deleite. Están dotados por la naturaleza –o tal vez por las diosas, no lo sé– de atributos felices. Porque los sirenos son lo opuesto de las sirenas: son viriles y hombres perfectos de la cintura hacia abajo y bellos peces del torso hacia arriba. Con lo cual podemos proceder libremente a nuestro antojo –sin instrucciones ni peticiones engorrosas– y obtener nuestro placer. Y, además de todos los deleites que brindan, dan besitos de pescado.

Hoy contamos con la maravillosa Dina Grijalva, nacida en Sonora. Conoció la minificción en los cursos de Lauro Zavala en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y so pretexto de su tesis de doctorado viajó a Buenos Aires el 2008 y durante esa estancia nació como minificcionista. Ha impartido e imparte talleres de minicuento y ha publicado dos libros de minificción: Goza la gula y Las dos caras de la luna. Dicta clases de Literatura en la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Sinaloa.