Katalina Ramírez
De tanto pensarlo, me dolía el estómago; ni siquiera podía comerme el cereal servido en el tazón frente a mí. Comencé a bañar en miel de abeja las hojuelas secas, y el líquido dibujó en el aire tus labios, tu cuello y tus caderas. Con manos temblorosas te coloqué sobre mis piernas y me despojaste de las prendas que me separaban de tu ombligo. Un tirante y luego el otro; mis pezones rozaban los tuyos. Acariciaste mi espalda y mis muslos y, sin ordenárselos, mis manos empezaron a imitar tus gestos, a seguir la guía que habías trazado en mi cuerpo, abriendo surcos, donde se colaba la miel con su danza dorada. Tuve que morderme los labios para no despertar a mis padres y a los vecinos.
Un cosquilleo, que me venía de la punta de los pies, andaba y desandaba mi cuerpo, que se contorsionaba con el roce de tu saliva. La miel empezó a desbordarse del recipiente. Ya no podía contener los gritos que se apretaban en mi garganta, cuando un sonido estridente rompió las cuerdas del silencio y destrozó el tazón en mil pedazos. Lo había arrojado al suelo y no tuve tiempo de pensarlo, abrí los ojos y ya te habías marchado. Sólo quedaban, regadas por mi habitación, hojuelas húmedas con miel de abeja.
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Katalina Ramírez (Puebla, Puebla, 1990). Ha publicado en seis antologías internacionales. Lengua soy es su libro de poesía (3 norte y Universidad Iberoamericana). Música primigenia de microficción (BUAP). Está incluida en la ELEM y la Antología Virtual de Minificción Mexicana.