Rubén García García
La señora está cansada. “mañana lavo los trastos” le dice a su esposo en voz alta. Apaga la luz y se dirige al dormitorio. A los quince minutos regresa, enciende el foco y con horror mira sobre la mesa cientos de cucarachas. Con insecticida en spray rosea abundante. Algunas yacen boca arriba y el resto quedan inmóviles. “eso querían desgraciadas” Si hablé con voz alta fue para que salieran todas. Apaga el foco y satisfecha se va hacia su recámara.
Las cucarachas empiezan a moverse y las que están paradas ayudan a las que se encuentran patas arriba. Todas están sobre los platos disfrutando las sobras de la cena.
Todo salió a la perfección “mejor imposible” dijo una de ellas. Ellas ya son inmunes a los insecticidas. El teatro que hicieron fingiéndose muertas es una actitud aprendida de los humanos.
Tal vez un día…

Tanto que aprender de estos insectos…
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Su resistencia es increíble, nadie puede afirmar que el día de mañana no se estén apoderando del mundo. Abrazo,
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Total! Lo que parece insignificante da las más insólitas sorpresas…
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Lo último que supe es que hay cucarachas de mar carroñeras que.miden 30 cm.
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