“Es la hora de su inyección” le oyó decir a la enfermera y puso cara de resignación porque sabía que cada día, desde que se acordaba, sucedía lo mismo y venían a ponerle la inyección consabida. Era un pinchazo en la nalga, que ya parecería un alfiletero, pero por lo menos las turnaba y por […]
a través de INYECTABLE — manologo
Gracias por rebloguearla…! 👍☕😃✌️
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Está excelente Manolo. Buen día y cuídate.
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