Para sentir
No hubo tiempo de beber de sus pechos
conmovidos; era cuando tuve frío
vagaba errante el placer por todas partes
suspirando silvestres encajes
de caricias bajo la brisa de los sauces,
yo sólo preguntaba
¿quién, y dónde?
más allá de los inviernos,
ciega a los labios inflamados de las flores,
sombras saciadas de tristeza se esfumaban
con cuencos de lluvia entre las manos
mientras yo bajaba al río para atarme las sandalias.
@mjberistain
imagen: Juan Carlos Mestre de la exposición “Amanecidos por el agua”