Miraba las buganvilias. llegó el aroma de la vainilla; el grano de café al tostar escapaba de cada casa. La vaina verde desdoblaba en perfume y la cereza en el comal exhala una fragancia que aloca el corazón. Son mujer y varón. La vainilla cobijando en la intimidad; el café en la mañana es campana, llama a chicos y grandes a compartir la mesa, antes de encontrarse con los quehaceres de la vida.

Bello Haibun Rubén, me gustó mucho.
🌹🌹🌹🌹🌹
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Gracias <miga Patricia por llegar a mi espacio y dejarme su comentario que me da alegría. Vuelan rosas para ti.
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¡Precioso!
Un abrazo Rubén
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Claudia, agradecido por tu adjetivo. abrazos y rosas amiga.
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Precioso haibun, Rubén!! He podido disfrutar de todos esos aromas a través de tus palabras. Que tengas un buen día 🙂
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Gracias Lydia, por venir a verme, siempre agradecido, abrazos y rosas.
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