La gata, el Negro y Beto

cotorroLa gata nos la obsequió una vecina. Poco después, mi perra paría y de su camada se quedó un perro que llamamos el Negro, crecieron juntos, muy cerca de los gritos de un loro gigante de cabeza azul que llegó de las selvas del sur. Sabía chiflar e imitaba a gallinas, gansos y puercos. Beto, el cotorro, se enamoró de mi esposa y no se le podía acercar nadie porque abría su plumaje de sol y verde mientras volaba con un grito feroz. La gata y el Negro sabían de su mal carácter, y daba gusto mirarlos comer en el mismo plato bajo la sombra del limón.

4 Comentarios

  1. Mohenjo-Daro dice:

    Que alegre relato Rubén, los animales siempre se adueñan de todo en una casa.

    Me gusta

    1. Gracias amiga. cosas que pasaron en casa. besos y rosas

      Le gusta a 1 persona

    2. gracias amiga , por dejarme tus rosas. besos y ramos para ti

      Me gusta

Deja un comentario

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s