El tren rezongaba. Parecía un becerro arisco, subiendo hacia el pueblo. Sobre los gruñidos de la máquina, las campanas repiqueteaban alocadas. Como todos los domingos en la plaza, la gente compraba y vendía. Del carruaje, salió un sujeto con una bocina parlante, invitando a las personas a ver el espectáculo del mediodía: “Podrán contárselo a los nietos de los nietos y siempre dudarán. Sólo sus ojos darán crédito” Dos horas después, el gentío se arremolinaba para mirar el acto.
La bestia era dócil y gran imitadora de animales. La gente reía. Sin embargo, cuando rompió en un rugido más potente que el de un león, todos enmudecieron. Abrió las fauces y el voceador del espectáculo metió la cabeza; poco después, sólo los zapatos quedaron fuera. El animal hizo una contracción ventral y el sujeto desapareció. Llovieron monedas y aplausos de la multitud. Ella caminó en círculo, levantó los brazos y agitando unas alas que brotaron de su espalda, voló hasta perderse por encima de los cedros.
El tren ha quedado en la plaza. A media noche, el viejo más viejo del pueblo agoniza, y sobre el padrenuestro del cura, se escucha el tañer alocado de la campana. Es una noche sin viento y solo gime el silencio. El difunto era el último que recordaba aquel suceso. Ahora, nadie sabe.
Hermoso tu texto.Me encantó el final. Un abrazo
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Gracias querida amiga por asomarte a la página, muchas rosas y besos para ti.
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Que gran realidad mágica.. Bien estructurado y mantiene esa expectación de saber donde fue a parar el voceador… Ahora nadie lo sabe.
Un fuerte abrazo desde el caluroso verano de Madrid
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Amada Merce me alegra siempre verte comentado mis locuras. besos y rosas para ti
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¡Realmente muy bueno! 🙂 🙂
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Te lo agradezco Manolo. Un abrazo enorme.
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Coincido con Manolo, muy bueno y como siempre da gusto leer. Abrazos.
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Gracias querida amiga por llegar. besos y rosas y bella noche tengas.
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Llegar a tus historias es un buen habito nocturno, siempre se aprende amigo. Que tengas una hermosa noche.
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Gracias y lo mismo te deseo Navi.
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Solo los ancianos recuerdan y saben contar las historias pasadas, tu lo hacen sin ser anciano y con gran maestra. Mil gracias.
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Gracias querida amiga por llegar y dejarme tu estimulo y amistad. Un abrazo, muchos besos y rosas para ti.
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Eres un cielo. Un abrazo.
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La bestia no tiene más voceros, pero sigue viva..Quién contará la historia, ahora. Ya comenzaste…con la magia.
Un abrazo.
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Cada relato tuyo lo disfruto y por eso es que siempre estoy leyéndote, este me gustó mucho tienes la capacidad de someternos a la historia. Saludos y un abrazo.
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