La religiosa pedía al ángel que la amara en penumbra, con delicadeza y paciencia. Esa noche él percibió que la caricia corría luminosa y para no romper el encanto, decidió amarla con las alas puestas.
En la oscuridad hubo gemidos y espuma, y un ángel aleteando intensamente. Al clarear el día, había silencio y un rictus de muerte. Las plumas del ángel se levantaban y caían al compás del viento.


Qué interesante puede resulta el amor físico con la liturgia de la religión…………..
Un Abrazo Rubén 🙂 .
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Amigo de años una amabilidad la tuya … abrazos
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Muy interesante, ni los ángeles se resisten a los deseos .
Un abrazos 🙂
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Melani, gracias por venir y dejarme tu opniòn.. abrazos y flores
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Me gusto lo de el ángel y la religiosa. Bien descrita y emocionante.
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Gracias mi buen Eduardo por comentar un abrazo
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Interesante… no entiendo porque ha de morir si lleva las alas puestas…
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La respuesta se encuentra en el titulo, que es una respuesta exagerada del cuerpo a un antigeno, en este caso a las plumas, es decir en este caso la religiosa era alergica a las plumas.
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Me gustó el cuento. Gracias por la respuesta.
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Suena a Santa teresa y sus famosos éxtasis…. Es amoroso…y real , los ángeles no sobreviven más que una noche…
Un saludo
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Èste se fue antes. La que muriò fue la religiosa, joder era alergica a las plumas.
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Me encantó Rub! 😀
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Gracias querida Ava por venir a verme… besos y flores.
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Bonito este cuento.
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Gracias Kandafe por tu impresió. Un abrazo.
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